El fenómeno de Raspberry Pi nos trajo una dosis de innovación al
entorno doméstico y del usuario poco habitual. Su llegada supuso todo un hit en
el mundo de la informática. Es decir, pensemos detenidamente. Podíamos tener
un ordenador
totalmente funcional que cabía en la palma de nuestra mano con su placa base sobre la que se monta un procesador,
un chip gráfico y memoria RAM. ¡Y todo esto por tan poco precio!
La placa tiene varios puertos y entradas, dos USB, uno de Ethernet y salida
HDMI. Estos puertos permiten conectar el miniordenador a otros dispositivos,
teclados, ratones y pantallas.
También posee un sistema que contiene un procesador ARM que corre a 700
Mhz, un chip gráfico VideoCore IV y hasta 512 MG de memoria RAM. Es
posible instalar sistemas operativos libres a través de una tarjeta SD.
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